La primera vez de...
EL VESTIDO DE BAÑO
Fue en 1840 cuando surgieron los primeros shorts de baño para hombres, que carecían de elástico y que, cuando se empapaban, se caían hasta los tobillos. Para evitar esas situaciones embarazosas, Charles Goodyear diseñó en 1844 un modelo de una sola pieza, que cubría de pies a hombros.
A principios del siglo XX, los hombres lucieron bañadores formados por pantalones hasta las rodillas y camisetas de manga corta. Las mujeres, en cambio, vestían camisones, medias y zapatillas. Hasta 1912, las damas, además de tener que bañarse en zonas distintas de las de los hombres, iban custodiadas por doncellas que las transportaban hasta la orilla en casetas sobre ruedas. En 1922, los hombres empezaron a lucir sus torsos, pero las mujeres todavía se bañaban con pantalones de franela y vestidos ornamentados con lazos y puntillas. Pero en 1930, la firma Jantzen fabricó unas mallas elastizadas para mujeres que, posteriormente, dieron lugar a los bañadores de una sola pieza.
En 1946, Louis Réard creó el dos piezas. La prenda resultó tan escandalosa que ninguna modelo quiso lucirla, y su creador tuvo que contratar a la stripper Michelle Bernardine, quien le dijo: “Su bañador va a ser más explosivo que la bomba de Bikini”, en alusión a las pruebas nucleares realizadas en dicho atolón del Pacífico.
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